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laCasademiAbuela
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  • Je suis en train de faire la rénovation de la maison de ma grand-mère. Des recettes de cuisine, de la bidouille, du tricot, de la couture, du séries BBC en V.O., de la photograhie, de mon village... bref, ma p'tite vie!!!
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12 juin 2013

Algunas curiosidades sobre la Vega

Como todos sabemos la Vega ocupa buena parte de nuestro término municipal. Ya en las Relaciones, mandadas hacer por Felipe II en 1575 se nos habla de que “a media legua de esta villa, hacia la parte do se pone el sol, hay una vega de tierra salobre donde hay juncares y albardinales, en la cual nascen unas fuentes salobres y de ellas se funda e hace un arroyo que corre agua en invierno, el cual se llama El Arroyo de la Presa, y es de poco agua, porque de verano no corre”. En otro capítulo de estas Relaciones también se nos dice “que esta villa tiene dos dehesas: una es monte viejo, que es dehesa carnicera; con otra parte del termino que es dehesa de albardinares y juncares y tierra salobre; las cuales se dan a el carnicero de la villa porque bastece la carnicería de ella, y suelen dar a el concejo por la yerba de ellas un año con otro treinta mil maravedís”.

Desde siempre estas tierras han estado muy ligadas a la forma de vida de nuestro pueblo y gracias a esta tierra salobre muchas familias han podido subsistir. Los más viejos del lugar siempre han dicho que en épocas como la posguerra “la vega quitó mucha hambre” ya que la gente más humilde de nuestro pueblo cavaban huertos (costumbre que todavía se sigue haciendo) o recogían albardín. En referencia al albardín, la víspera de la Virgen de agosto se pregonaba por todo el pueblo que la Vega ya estaba abierta para cogerlo y la gente se dedicaba a segarlo hasta que empezaba la vendimia, se secaba y  luego  toda la familia se dedicaba en las noches del invierno a hacer tomizas que luego vendían.

Una costumbre relacionada también con la Vega y que se perdió en los años sesenta era la dula. El Diccionario de la Real Academia Española recoge esta palabra con el significado de “sitio donde se echan a pastar los ganados de los vecinos de un pueblo” y “cada una de las porciones del terreno comunal o en rastrojera, donde por turno pacen los ganados de los vecinos de un pueblo”. Las numerosas mulas y borricas que habían en nuestro pueblo pastaban en la Vega todo el día. El último encargado de sacarlas a la Vega fue el hermano Nemesio  “Mano Sola”, quien recorría y recogía por todo el pueblo a las mulas haciendo sonar una caracola para avisar a los vecinos de la dula. Las mulas y las borricas abandonaban el pueblo como en procesión por el callejón de los Toros ( final de la actual calle Juan Fresneda) para pasar todo el día pastando en la Vega, cerca del Molinillo. Al atardecer volvían al pueblo y eran devueltas a sus dueños, quienes tenían que pagar una pequeña cantidad por tal servicio.

También había dula de ganado (cabras y ovejas). Consistía en lo mismo que la anterior aunque no pastaban en la Vega, sino que salían del pueblo por la “rasá” de los Tejares (final de la actual calle General Moscardó) y solían pacer por el Cerro el Ojo y  el Dehesón hasta llegar al Aljibe de Sta. María. Algunos de los encargados de esta dula fueron el hermano Laureano “Morros” o Bienvenido “el de la Valeria”.

 Si hablamos de la Vega no podemos dejar de mencionar las toneladas de trozos de esta tierra salobre y blanquecina que se le ha arrancado y que conocemos con el nombre de albariza, gracias a la cual los hombres y mujeres de este pueblo fabricaban en unos hornos (yeserías) quemándola,  el famoso yeso negro, que luego vendían a otros pueblos como Mota, Las Pedroñeras o Socuéllamos para la construcción.

Pero la Vega es mucho más, con sus torcas (barrancos que se hacen en el suelo, no en vano dicen que “la Vega está hueca”), muchas de ellas llenas de agua y en las que se han llegado ahogar algunos vecinos del pueblo; su río, ahora seco casi todo el año, pero que en otro tiempo llevaba bastante agua que hacía mover las ruedas de los molinos  que había en sus riberas y del que se pescaban peces y cangrejos; sus casas como la huerta el Zurdo, la huerta Jareño, el Ardal, la casilla los pastores , la huerta Frascuelo o el chozo Galerón. Aunque nos parezca un terreno árido, pobre, desolado, con sus yeserías abandonadas y derruidas, forma parte de lo que ha sido nuestro pueblo y las gentes de antaño supieron aprovecharse de lo que les pudo dar esta tierra.

 

                                      Julio Pernía.

La Vega

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