Calendario Rural

Por San Miguel (29 de septiembre), a principios del otoño, se hacen los contratos, se ara el campo y se prepara la sementera. El trigo,, la cebada y el centeno se siembran después de las primeras lluvias.

La falta de piensos para el ganado y la imposibilidad de pastoreo con la llegada de los primeros fríos, obligaba a venderlos, a sacrificarlos y consumir su carne o salarla para el gasto del invierno.

Para el día de San Martín (11 de noviembre) comenzaban las primeras matanzas de los cerdos y los fríos otoñales e invernales facilitaban su conserva.

Con el mes de noviembre se recogía la castaña y la bellota y diciembre y los primeros meses del año empleaban a toda la familia en la recolección de la aceituna. Los hombres varean el árbol y las mujeres y los niños, organizados en cuadrilla, recogen el fruto. Antes, y mediante ordeño, las mujeres han tomado directamente del árbol la aceituna manzanilla que se destina a conserva. Las demás se molturan en almazaras que desde marzo recogen y clarifican el aceite en tinajas. También a primeros de año se cavan y podan las viñas, se siembran patatas, cebollas y ajos y se comienza la escarda cuando el cereal crece y malas hierbas comienzan a robarle el jugo de la tierra.

En el mes de mayo, en muchos lugares del Sur, comienza la siega de la cebada, del trigo tremesino, de las habas y la veza. Después, a través del verano, y según latitud y altura, se inicia la siega a la que sigue la trilla y recogida de grano. Entretanto la cosecha de frutos y la recolección de hortalizas ha ocupado igualmente a hombres y mujeres.

Con el fin de la siega y el comienzo del rastrojo y de la siembra se une la cosecha de la uva, que se pisaba en los lagares y daba el primer mosto para los Santos (1 de noviembre).

Va unida la fiesta en casi toda la España rural al desarrollo de los ciclos productivos y sirve, junto con las ferias y mercados, como manifestación social, y a la vez económica y religiosa. El día 17 de enero, fiesta de San Antón, se bendicen a los animales que marchan en procesión acompañando al Santo. El 3 de febrero, fiesta de Sana Blas, se bendicen roscas y el pan bendito llega hasta los pesebres para que se preserve el alimento de bueyes, cabras y ovejas. El Carnaval y sus disfraces, en medio de todo lo que supone ruptura casi licenciosa con normas y sanciones corrientes en el medio, prepara la Cuaresma y una Semana Santa que acaba con la alegría del Domingo, cuando el niño De Dios Resucitado se pierde entre las huertas del lugar y se presenta a la Virgen, que cambia su luto por un manto blanco, en señal de gozo.

El 25 de abril, festividad de San Marcos, y en los días de Rogativas, precedentes a la Ascensión, se bendicen los campos para que sean libres de pedrisco, la tormenta o la pertinaz sequía. El día de la Cruz (3 de mayo) procesiones con flores celebran el inicio de las cosechas y en la noche de San Juan (24 de Junio) grandes candelones iniciaban la quema de la paja del rastrojo y, entre  fiestas, se esperaba el nacimiento del sol que en ese día no deslumbraba al mirarlo de frente.

Para la Virgen de agosto acababa normalmente la siega y en el mes de septiembre, hasta San Miguel, que inicia la nueva temporada, se celebran la mayoría de fiestas y ferias en los pueblos de España después de la cosecha y haciendo un alto en la vendimia.

Con el fin de la guerra, en 1939, costumbres y tradiciones secularmente enraizadas en las fiestas, comenzaron a ceder por prohibición y olvido.

                                                                                                                                                 José  Sánchez  Jiménez

J’ai trouvé un document de José  Sánchez  Jiménez qui parle des anciennes traditions aux villages espagnols avant la guerre civile.