Pura leche de vaca
Cuando era pequeña, solía pasar mis veranos en el pueblo con mi abuela. Algunos años coincidí allí con Juani, mi prima que es 8 años mayor que yo. Con esa diferencia tan grande no teníamos mucho en común, pero lo que siempre recordaré eran sus guerras de almohadas antes de dormir y el acompañarla a diario a la lechería por las tardes.
La lechería estaba situada en la calle Julio Santacruz y se accedía a ella a través de unas portadas de madera, a día de hoy el edificio sigue en pie. El propietario era José Molina y el lechero, el hermano Julián, el padre de Ignacio, un amigo de mi prima. Despachaban leche todos los días una vez por la mañana, a las 8h y otra por la tarde, a las 20h.
Cada uno llevaba su lechera, al llegar pedias la vez y había que esperar a que empezaran a despachar. La puntualidad era importante para no quedarse sin leche, así que nosotras salimos con mucho tiempo, al igual que las amigas de mi prima. Era gracioso ver la fila de lecheras y cuece-leches que dejábamos para pedir la vez mientras nosotras nos entreteníamos jugando a la comba, a la goma o cualquier otra cosa. Cuando abrían le entregabas tu lechera indicándole la cantidad que querías comprar, se vendía la leche por litros o medios. Nuestra lechera era de color azul celeste y recuerdo que mi abuela tenía que cocerla nada mas llegar a casa.
Lo curioso del tema es que a mi no me gustaba la leche pura de vaca. Acostumbrada a sucedáneos de leche de botella, el sabor de ésta me resultaba demasiado fuerte y esto ocasionaba a mi abuela mas de un quebradero de cabeza a la hora del desayuno, pues en el pueblo era difícil de conseguir por aquel entonces leche en botella. Todo esto se solucionó el día que descubrí la leche condensada el Castillo y así todas contentas.
La lecheria estuvo en funcionamiento hasta principios de los años 80.
Antes de abrir esta lechería existió otra en la Avenida de la Constitución, la lechería de Jareño. Vendía la leche en su casa y las vacas pastaban en la Vega. La lechera era la hermana Petra, cuyo marido Isidoro Pérez falleció en la guerra civil, llevando el nombre de éste la calle que sale enfrente de la mencionada lechería.
Quiero agradecer a J. la información facilitada.