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laCasademiAbuela
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  • Je suis en train de faire la rénovation de la maison de ma grand-mère. Des recettes de cuisine, de la bidouille, du tricot, de la couture, du séries BBC en V.O., de la photograhie, de mon village... bref, ma p'tite vie!!!
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27 novembre 2010

Garbancito

Había una vez un matrimonio de viejecitos muy pobres que no tenían hijos. Un día, mientras la mujer preparaba un puchero, sintió que la llamaban desde el montón de garbanzos. Era un niño muy pequeño, tan pequeño como un garbancito. La mujer le puso de nombre Garbancito, y se quedó con él como si fuera su hijo.
Garbancito era un niño muy valiente y muy generoso. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus padres. Un día, a la madre le hizo falta un poquito de azafrán para la comida y él se ofreció para ir a la tienda. Cogió una moneda y por el camino, para que nadie lo pisara (porque casi no se veía en el suelo), iba cantando:


Pachín, pachín, pachín, 
Garbancito no piséis.
Pachín, pachín, pachín, 
mucho cuidado con lo que hacéis.


El tendero le dio la bolsita de azafrán y Garbancito se volvió a su casa muy contento con la bolsa a cuestas y cantando la misma canción:


Pachín, pachín, pachín, 
Garbancito no piséis.
Pachín, pachín, pachín, 
mucho cuidado con lo que hacéis.


Al llegar a su casa, su madre le dijo:
-Mira, Garbancito, ya que veo que te estás haciendo mayor, hoy vas a llevarle el almuerzo a tu padre, que está trabajando en el huerto.
Garbancito, tan dispuesto como siempre, cogió la cesta y se fue para el huerto. Por el camino iba cantando:


Pachín, pachín, pachín.
a Garbancito  no piséis.
Pachín, pachín, pachín, 
mucho cuidado con lo que hacéis.


Pero al llegar al huerto empezó a llover y Garbancito tuvo que meterse debajo de una lechuga para no mojarse. Allí se quedó un buen rato esperando a que escampara. Pero en esto llegó el buey con el que trabajaba su padre y se comióó la lechuga y a Garbancito que iba dentro.
Su padre empezó a preocuparse porque no le llegaba el almuerzo y fue a avisar a su mujer. Cuando se dieron cuenta de que Garbancito había desaparecido, empezaron a buscarlo por todas partes gritando:
Garbancito! ¿Dónde estás?
Garbancito, desde la barriga del buey, contestaba:
-¡En la barriga del buey, donde no llueve ni nieva ni hace frío!
La voz se escuchaba como muy lejana.
Garbancito! ¿Dónde estás?
-¡En la barriga del buey, donde no llueve ni nieva ni hace frío!
Los padres se fueron acercando cada vez más adonde estaba su hijo hasta que al final lo encontraron.
-¿Qué hacemos, marido?
-Pues nada, habrá que darle algo al animal para que salga Garbancito lo más antes posible.
Cogieron unas hierbas muy sabrosas del campo y se la dieron al buey. Al rato, Garbancito salió lleno de paja, restos de lechuga.
Sus padres lo lavaron, los peinaron y lo abrazaron muchisimo y desde entonces vivieron felices y comieron perdices.

Garbancito est un minuscule enfant de la taille d'un grain de riz. La première tâche qu'il entreprend est d'aller au magasin acheter du safran por sa mère. Comme les gens ne peuvent pas le voir, il évite de se faire écraser en chantant :

 

Pachín, pachín, pachín

Hommes et femmes qui venez vers moi

Pachín, pachín, pachín

 Ne marchez pas sur Garbancito

 

Les gens voient seulement une pièce de monnaie marchant et chantant mais il arrive à accomplir sa mission. Par la suite, il décide d'aller à la ferme et de porter son repas à son père mais il manque de chance et se fait manger par un boeuf.

Ses parents le recherchent en appelant :

-  Garbancito, où es-tu ? et il répond de l'intérieur du bœuf :

- Je suis dans la panse du bœuf

   Où il ne neige ni  pleut et il ne font pas du froid.

Ils entendent la petite voix de Patufet au bout d'un moment et la mère nourrit le bœuf d'herbes faisant péter.

Ils ont veçu très heureux.


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